Immersion, Immersio, Immersione, Inmersión.
Sueños de agua, sueños de memoria, el vehículo para el viaje es la meta misma.
El acto primordial es ver, no mostrar; en la medida en que Claudia Robles ve, me hace ver – ver qué? Nada… o todo: El recuerdo más antiguo que resulta del olvido.
La imagen vista y grabada no es transcrita servilmente, ella se pregunta sobre su existencia, existe en sí misma, se distorsiona, se alarga y acorta, se oculta en una visión líquida… un reflejo? Puede ser, como el reflejo en el agua no se deja tomar: al roce d la superficie con los dedos, Narciso se pierde a sí mismo.
La inmersión es un recorrido – en busca del fondo?, de la superficie? – que obliga a una iniciación, que acepta leyes, las sigue y luego las desecha. El juego del laberinto, ya sea para llegar a la salida o al centro, al aire o a la tierra. Las imágenes, que se dejan ver y oír, invitan a tocar pero no se dejan tocar. Lo que veo y oigo quiere que lo recorra, que lo busque, que me sumerja, aguante la respiración y nade en su medio. Ahora soy yo el refractado: Me doblo y me estiro, el objeto visto soy yo en mi intento de ver.
Ahora las pantallas me ven y me piensan.

Ricardo Toledo
Crítico e historiador de Arte Colombiano.